14 de enero de 2012

ruge



Ruge bravo. Ahora te adivino.
Una y otra vez rompes el silencio
de la oscuridad bañada de plata lunar.

Ritmos desencadenados en melodía
de espuma quebrada y confusa
siento tu herida en mi aliento.

Raudales, olores de color salado
que de repente cesan y de soslayo
apuñalan la quietud de la noche.

Bravo, mar de mis ausencias
que inundas en calma la pausa pausada,
la noche envelada, la aventura inacabada.

Lo sé, marcas el ritmo, el tono,
la guía de mis senderos,
mis futuros sin coraje, envalentonados.

Risa de los adentros, de tus frases,
de tus ojos azulados, ennegrecidos de
grises valses acompasados.

Respira, respiro.
Lates, acompañas el son
de entuertos anudados

Mi mar, el mío,
el de las noches estrelladas,
el de caminos animados.